Escrito por Cindy Pop
Guatemala, 16 de agosto de 2024
Un discurso es un mensaje preparado previamente con el fin de informar sobre un tema o acontecimiento, de manera que capte la atención del público.
Hoy en día, la comunicación verbal es parte fundamental para el ámbito empresarial, académico o público. Es por ello que la habilidad para estructurar un discurso adecuadamente es crucial para captar y mantener la atención del público. Antes de comenzar a redactarlo debemos definir claramente algunos aspectos clave:
- Objetivo: ¿Qué queremos lograr con nuestro mensaje? Definir el propósito específico nos ayuda a enfocar nuestras ideas y contenido de manera precisa y clara.
- Audiencia: ¿A quién va dirigido? Saberlo nos permite adaptar el tono, el nivel de detalle y ejemplos que utilizaremos para conectar mejor con el público.
- Tipo: ¿Es un discurso político, religioso, publicitario, empresarial, artístico, educativo, motivacional? Esto nos ayudará a estructurar el estilo y postura de nuestra charla.
Si tenemos claros estos tres elementos antes de comenzar la presentación será mucho más fácil redactar los objetivos, mensajes y estructura del discurso.
Partes de un discurso
Introducción:
Al igual que la primera impresión, la introducción de nuestro discurso debe despertar y atraer el interés de la audiencia. En esta parte se exponen los objetivos y puntos clave de forma muy breve. De acuerdo al tipo de evento, hay algunos tips que el orador puede utilizar para amenizar el discurso, como reproducir un vídeo corto, contar una anécdota, hacer una pregunta, mencionar una frase célebre; algo que conecte con y atraiga la atención.
Desarrollo:
Esta es la parte fundamental del discurso, ya que abarca el 80% del tiempo que el o los conferencistas hablarán frente a la audiencia. En el desarrollo se da a conocer con detalle el mensaje que se quiere transmitir. Es recomendable utilizar ejemplos, datos relevantes, cifras, uso de datos, presentaciones, imágenes y cualquier material de apoyo para respaldar nuestras ideas y mantener el interés de la audiencia.
Cierre:
En el final del discurso debe resumir los puntos principales y destacar los mensajes relevantes. Este es el momento ideal para ser contundente y atreverse a hacer o decir algo memorable. Se puede finalizar con una cita célebre, una anécdota o chiste que los participantes no olviden.
Si ya tenemos la idea y escribimos un discurso memorable ahora es momento de prepararnos para presentarlo al público. La manera en que transmitimos el mensaje es tan importante como los datos que expondremos. Por eso es vital tomar un tiempo para la preparación.
- Preparación y práctica: familiarizarnos con el contenido es fundamental para transmitir seguridad y aumentar la confianza, evitando la ansiedad durante la presentación.
- Comunicación no verbal: la postura, contacto visual, el uso adecuado de las manos y la expresión facial juegan un papel importante en cómo el público percibirá el mensaje.
- Variedad del ritmo y tono de voz: mantener un ritmo dinámico, no muy pausado ni tampoco muy acelerado y variar el tono de voz ayudará a mantener el interés de nuestro público.
- Claridad y concisión: transmitir las ideas de manera clara y concisa es esencial para evitar confusiones y asegurar que el mensaje sea comprendido correctamente sin perder la atención.
En conclusión, construir un discurso es relativamente sencillo siempre y cuando tengamos claro los objetivos de nuestra presentación. Estructurar un discurso efectivo requiere una combinación de preparación, conocimiento de la audiencia y habilidades de comunicación. Con estos aspectos en mente, cualquier orador puede mejorar significativamente la calidad y el impacto de sus presentaciones.